¿Funciona la terapia visual en adultos? La salud visual es importante para todas las edades, ya que ayuda a cuidar los órganos oculares y a prevenir o corregir algunos problemas de la vista.
Una forma de lograrla es mediante una terapia visual, un tratamiento de optometría que consiste en una serie de ejercicios de percepción visual que permiten obtener unos resultados eficaces y hacer que cualquier persona, incluyendo los adultos, tenga unos ojos sanos.
Beneficios de la terapia visual en adultos en Úbeda
La terapia visual y sus ejercicios de percepción visual aportan beneficios para la salud visual. Estos beneficios se notan más en los niños, que pueden corregir más problemas al estar en crecimiento, pero también se consiguen en los adultos.
En los adultos, este tipo de tratamientos pueden complementar o reforzar otras terapias que ya se estén haciendo y así aumentar los resultados positivos.
Otro aspecto a considerar es que las terapias visuales son muy efectivas para aliviar la fatiga visual, que suele afectar a personas que usan mucho los ordenadores y los dispositivos móviles.
También ayudan a mejorar las habilidades visuales y a recuperar la calidad de la visión cuando se ha perdido por alguna causa. La mejora de la coordinación y de la movilidad de los ojos es otro de los beneficios que se obtiene con los ejercicios de una terapia visual.
6 ejercicios de terapia visual en adultos
La terapia visual en adultos requiere una serie de ejercicios que se hacen en solo 15 minutos al día y que permiten conseguir mejoras progresivas en los ojos. Para lograr el objetivo, debe ser un optometrista quien indique los ejercicios adecuados para cada caso.
- Enfoque. Este ejercicio consiste en poner dos objetos frente a los ojos, uno a unos 20 o 30 centímetros y otro más lejos, y cambiar el enfoque de uno a otro para así estimular los ojos y mejorar la flexibilidad y la rapidez acomodativa.
- Visión periférica. Para realizar este ejercicio hay que colocarse frente a otra persona con los brazos estirados. Consiste en contar el número de dedos que se muestran sin que para ello se muevan ni la cabeza ni los ojos. Los ejercicios de visión periférica permitirán una mayor fluidez en la lectura, ya que potencian una visión más amplia de todo lo que hay alrededor.
- Percepción visual. Consiste en nombrar lo más rápido posible el color con el que está escrita una palabra. La dificultad extra es que los términos no coinciden con los colores en los que están escritos. Por ejemplo: hay que decir que la palabra “amarillo” está escrita en verde, pero sin leer “amarillo”.
- Convergencia. En este caso hay que tomar un lápiz y estirar el brazo, para ir acercándolo poco a poco hasta la nariz. Se debe intentar ver una sola punta, sin que la imagen se duplique, durante el proceso.
- Estiramientos oculares. Se puede lograr una mejor fijación de los ojos con ejercicios en los que se giren en círculo siguiendo un estímulo, primero hacia la derecha durante unos cinco segundos y después hacia el lado opuesto otros cinco segundos.
- Motilidad. Se trata de realizar movimientos de los ojos siguiendo un laberinto o eligiendo cada cinco segundos un número distinto de un reloj. El objetivo es mejorar la motilidad, es decir, la capacidad para realizar movimientos complejos y coordinados.
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